Método de confección de un teatro vivencial a través de la voz: Alicia Hierro & Daniel Silvo
Discutiendo sobre la forma de abordar una obra, el artista Daniel Silvo y quien escribe grabamos nuestra conversación sin una voluntad concreta, sólo por tener constancia de lo que hablábamos. Más adelante nos dimos cuenta del interés de ese material ya que era un residuo procesual que nos parecía interesante de por sí.
Convertimos nuestro diálogo en texto y lo trabajamos como un guión teatral. Ensayamos el texto de corrido como se hace al principio de cada sesión de trabajo entre los actores, sin matices ni expresividad. En la segunda fase trabajamos la teatralidad del texto como si del ensayo general de la obra se tratase. Convertimos así una parte procesual de la obra en una obra cerrada y acabada, y la discusión sobre la obra en la obra misma.
Por otro lado, hemos invertido el proceso de creación de una obra teatral (prescindiendo de un texto previo) sacando del contexto natural un diálogo que posteriormente actuamos, del mismo modo que hace la pintura del natural. Este proceso se alía así mismo con los presupuestos de la música concreta, la cual aprovechaba los recursos sonoros del propio espacio para componer, sin recurrir a una idea previamente diseñada sobre el pentagrama. Un texto concreto extraído de una escucha reducida, la que atiende al material sobre la que opera.
Dani tose fuerte varias veces.
Alicia: Uy va…oye, estás bien?
Dani: Sí si, estoy bien. Mira esa señora se hace 500 largos con 90 años. 500 largos con 90 años.
A: uau, será Alemana.
D: No no que va, es Española.
A: bueno a ver que sí que yo te entiendo, pero me parece que el término objetividad es algo realmente…: puntos desde dónde situarte.
D: No no que va, es Española.
A: bueno a ver que sí que yo te entiendo, pero me parece que el término objetividad es algo realmente…: puntos desde dónde situarte.
D: No,
A: No?
D: No
A: Osea que hay una “objetividad objetiva”
D/A: jajaja
D: sí, osea el
ejemplo de la taza, si yo estoy de espaldas a ti,
A: sí
D: tengo mi taza en la mano izquierda, el hecho de que yo me
gire, no cambia la situación, no cambia la mano en la que yo tengo la taza,
A: no
D: sigue estando en la mano izquierda, entonces por qué vas
a decir…
A: no pero la izquierda es una cuestión espacial
D: espacial, pero, también es física.
A: si…
D: claro espacial-física
A/D: claro.
A: evidentemente, has ejercido un movimiento, y el movimiento
traslada la taza hacia otra dirección, y según cómo coincide esta taza ahora
mismo en esa posición con mis ojos con respecto a mí misma…
D: y dónde está el límite?, osea, si yo estoy de lado, está
en mi mano izquierda. Si giro un milímetro más, ¿ya pasa a estar en mi derecha?
A: sí.
D: sigue estando en mi mano izquierda.
A: No, pero mi percepción me dice; por aquí divido, como vea
la taza más cercana a mi lado izquierdo, digo: izquierdo, como sobrepase ese
lado, digo: derecho.
D: no
A: no?
D: cuando tú describes, a ver, cuando tú describes un
retablo sí, el lado izquierdo está en el lado izquierdo desde tu punto de
vista.
D: pero dani, entonces…
A: porque el retablo no tiene, el retablo no es digamos un
individuo, depende del que lo ve, sólo existe en cuanto a quién lo ve. Vale, en
ese lado sí podemos, no podemos decir, no, desde el retablo, vale, la parte
derecha. Pero, ¿si dices izquierda sin dar más datos?, es la parte izquierda,
vale, en eso sí, pero, si soy yo que tengo dos manos, tengo una mano izquierda
y una mano derecha, mi mano izquierda siempre es mi mano izquierda, y mi mano
derecha es siempre mi mano derecha, por tanto siempre que tenga el café en mi
mano izquierda, estará en mi mano izquierda!, aunque tú estés mirándome de
frente.
A: Pero no puedes comprender que los demás te puedan estar
viendo desde su, desde su…
D: sí, claro, pero entonces, para ser objetivos, si hay mil
personas, no, mil no hace falta, cinco personas alrededor, y me están viendo
con una taza en la mano izquierda, la descripción, la única descripción común
para todos esque, yo tengo mi taza en la mano izquierda, si la mitad, si son
seis, si la mitad que está frente a mí dice que la taza está en la mano
derecha, y los otros tres que están detrás de mí dicen que la taza está en la
mano izquierda, ahí hay un conflicto, ahí, hay un conflicto, hay dos que..
A: no hay ningún conflicto!, no que da igual!, que estoy
llegando ya a la conclusión de que, vale, que digamos, para que la gente se
imagine mejor cual es la situación…pero si la gente tampoco va a imaginarse
explícitamente qué mano es, es imposible a esa velocidad
D: ya ya
A: entonces, vamos a ser más racionales
D: ejem ejem (tos)
A: Vale, lo decimos entonces ya…llegamos a la conjetura común, que estamos
describiendo exactamente desde su puesto
D: desde el punto de vista...
A/D: del traductor.
D: Aunque efectivamente, tb voy a darle otra vuelta,
efectivamente, todo el que lee a una persona con lenguaje de signos, está de frente por tanto para todo el
mundo. De espaldas no puedes entender a una persona, o hay mucho ruido si de
espaldas tratas de entender lo que dice alguien que está hablando el lenguaje
de signos, por tanto, todos los que ven, todos los sordos que ven a alguien que
está hablando algo en el lenguaje de signos, lo ven de frente, por tanto
siempre la mano izquierda del traductor es la parte derecha del que lo ve,
porque de espaldas no hay nadie que lo vea.
A: ya ya lo sé, sí sí te entiendo
D: entonces en eso tienes razón, objetivamente la única
posibilidad, es que la izquierda sea la derecha.
A: Dani
D: qué
A: ahora al contrario?
D: claro, claro, ahora le estoy dando la vuelta, si, pero
eso entonces yo creo que habría que aclararse, cómo los sordos tienen en su
manera de explicar y de hablar, y de entender el lenguaje de signos, cómo ellos
se entienden
A: Pero Dani si eso es imposible, primero, nosotros, no
vamos a tener ni problema, ni oyentes sordos
D: por supuesto
A: entonces como no podemos pensar en los sordos, porque los
pobrecillos ni se van a enterar de todo esto,
D: ya ya claro
A: vale, pues ese punto ya está cerrado, pasamos al
siguiente.
Vamos a ir frase a frase y lo hacemos mejor, y quitamos lo que haya que quitar.;
Vamos a ir frase a frase y lo hacemos mejor, y quitamos lo que haya que quitar.;
-Buenos días/tardes, (que esto daría un poco igual),
queridos radioyentes-. Queridos, queridos o no. Dani, a ti te gusta el tono
afectivo de una presentación?
D: No, la verdad esque no.
A: ya, entonces, tú cómo lo harías?, esque entonces ni
buenos días.